miércoles, 27 de diciembre de 2017

Toca hacer balance de 2017

A pocos días de cerrar el año 2017, es momento de hacer balance, y repasar lo que ha sido el año en lo que a kilómetros y carreras se refiere, un año que ha sido muy prolífero tanto en carreras como en kilómetros. Como ya me pasó el año pasado, he completado todo el año con el Garmin, por lo que es mucho más fácil hacer un balance de los kilómetros recorridos, ritmos y otros parámetros.


A día de hoy llevo recorridos 1.698,12 kilómetros, lo que supone más de 400 kilómetros con respecto al año 2016, que me quedé en la cifra de 1.284,98 kilómetros. Mañana voy a participar en un evento de Nike, en el que correremos en torno a 5 kilómetros, por lo que finalmente en 2017 pasaré de los 1.700 kilómetros, una cifra que, a mí, ya me parece una barbaridad.

Kilómetros por mes
El año, sin duda estaba marcado por tres fechas, 19 de febrero, 23 de abril y 19 de noviembre, las fechas de los tres maratones que iba a hacer a lo largo del año. Con esos tres maratones en el horizonte, ya sabía que iba a ser un año de muchos kilómetros, de muchos entrenamientos, y un año bastante sacrificado, y a ello debía añadir que había cambiado por completo mi forma de entrenar el Maratón, con menos kilómetros en sesiones de fondo, pero con más kilómetros de calidad y con un ritmo más fuerte. El resultado fue dos maratones con un gran sabor de boca (Sevilla y Valencia), y otro (Madrid), con un sabor agridulce por no haber llevado bien a la práctica los entrenamientos, pero los tres con la misma satisfacción de haber cruzado la línea de meta. Respecto a tiempos, una gran mejoría, ya que mi marca personal ha pasado de las 4h 07´59” a las 3h 49´30”.


Cada Maratón tenía un test de prueba en la distancia del Medio Maratón, por lo que había que hacer tres, y aparte yo le sumé otro más como si fuese una sesión de entrenamiento, así que al final han sido cuatro los Medio Maratones que he hecho este año. Uno es habitual (Madrid), y los otros tres los corrí por primera vez (Getafe, Aranjuez y Ávila). En este caso también se ha notado el cambio en la forma de entrenar, he cruzado las metas con muy buenas sensaciones, bastante fuerte de piernas, y sobre todo en los dos test más importantes (Getafe y Ávila), mejorando mis anteriores marcas. Al final he logrado bajar mi tiempo en el Medio Maratón de 1h 49´57” a 1h 45´21”.


Lo que he dejado un poco más de lado este año han sido las carreras de 10 kilómetros, aunque también cada maratón tenía un test de esta distancia en las primeras semanas del plan. Además, en los pocos meses que he tenido de relax, también he hecho alguna carrera de 10K, ya que son las que soy capaz de hacer incluso estando en periodos de entrenamientos más tranquilos. Aquí también se han notado los entrenamientos para el Maratón, y sobre todo que este año he empezado a hacer series, ganando bastante velocidad con respecto a años anteriores. He mejorado mi marca de 47´44” a 44´28”, y no solo eso, sino que la he mejorado en las otras dos carreras de 10K que he hecho desde septiembre a diciembre, y he hecho menos de 48´ en cuatro de las seis carreras del año.


Este año también ha sido mi debut en el trail, además en tres pruebas muy diferentes una de otra, un trail fácil y de disfrutar para empezar, algo más duro y además nocturno el segundo, y el tercero, una auténtica locura, no tanto por la distancia como por el desnivel y las montañas que subimos, prácticamente escalando. Para el futuro, en esta especialidad, intentaré huir de trails muy técnicos y del tipo de dureza de La Cabrera, porque tengo muy claro que si vuelvo a repetir una experiencia como esa, terminaré odiando la montaña.


Otro apartado nuevo de este año han sido los entrenamientos en grupo, hasta ahora podía decir que era un corredor solitario, y aunque sigo haciendo muchos kilómetros en solitario, este año también he hecho entrenamientos en grupo, por un lado con Forrest Gump Team, un grupo en el que se disfruta mucho de correr y compartir momentos, y por otro lado con Adidas Runners Madrid, con entrenamientos dirigidos por profesionales, y en los que la intensidad es una de las premisas de sus entrenamientos.

En lo referente a la salud, este año a pesar del mayor volumen de kilómetros y de intensidad de los entrenamientos, no he tenido ningún problema. A este respecto, indicar que también he modificado la parte funcional que hacía en el gimnasio, añadiendo ejercicios de fortalecimiento de piernas, core y brazos, además de añadir trabajo de propiocepción, y masajes en casa con el foam roller. El resultado ha sido que en el Maratón de Valencia no tuve ni una sola molestia, que he llegado con las piernas descargadas, y que me he notado muy fuerte. Esperemos tener la misma suerte en 2018.

Y una vez cerremos el 2017, hay que pensar en el año 2018, que en principio se presenta bastante más tranquilo, con carreras de 10K, de momento ya tengo dos, una en enero y otra en febrero, y Medio Maratón, que también tengo ya dos inscripciones, una Madrid, y la segunda que me hace mucha ilusión es para el Mundial de Medio Maratón de Valencia que se celebrará el próximo 24 de marzo, y en el que los corredores populares podremos participar. Por otro lado, buscaré también trails en los que se pueda disfrutar, repitiendo en Riaza, pero posiblemente en la distancia de 20K. Y por último, el gran sueño de 2018, que está en el aire, pero que espero que se cumpla, y que no es otro que en noviembre correr el Maratón de Nueva York.


Resumen actividades 2017

jueves, 21 de diciembre de 2017

VIII San Silvestre de Alcorcón

El pasado domingo participé en la última carrera del 2017, y cerré la temporada corriendo en casa, en Alcorcón, y además con un recorrido que pasaba por algunos de los lugares por los que suelo entrenar cada semana.

Compartiendo una nueva carrera con David
El precio de la inscripción el año pasado fue de 9 euros, este año lo han subido a 10 euros, pero debo de decir que vista la organización de un año y otro, ese euro de diferencia está bien pagado, y es que este año han sustituido el chip de plástico duro que debías ponerte en la zapatilla, y entregar al acabar la carrera, por el chip que ya va pegado al dorsal que es mucho más cómodo, además de ser de usar y tirar.

Aparte del chip, he de reconocer que la organización ha mejorado otros puntos negros que encontré el año pasado, como es el caso de:

- Avituallamiento del kilómetro 5, el año pasado los voluntarios no tenían nada donde apoyar las botellas, mientras que este año, no solo ya tenían una mesa, sino que además estaban colocados a ambos lados de la calzada.

- Avituallamiento final, la bolsa del corredor final la sigues montando tú, te la dan en la cola, y vas pasando por las barras, pero este año todo ha sido más dinámico, y apenas ha habido que hacer cola para tenerla.

- Entrega de la camiseta oficial, la camiseta la podías pasar a recoger el viernes y el sábado, y el domingo in situ, por lo que a diferencia del año pasado, que la camiseta oficial la entregaban al final de la carrera, podías ver gente en carrera con la camiseta oficial de la prueba.

Sobre la bolsa del corredor indicar que al retirar el dorsal te hacen entrega de una bolsa con la camiseta y una barrita energética. Al acabar la carrera te dan otra bolsa en la que, tras pasar por las distintas barras, tienes una botella de agua, una bebida isotónica, un pack de cuatro flanes, y una camiseta técnica de uno de los patrocinadores.

Recorrido de la carrera
La carrera, al igual que en ediciones anteriores, tenía la peculiaridad de que se hacía sobre un circuito de 5 km, y que sobre la marcha uno decidía si optaba por dar dos vueltas al circuito y hacer los 10 km, o quedarse en una vuelta, y hacer solo 5 kilómetros.

El recorrido es muy conocido para mí, ya que son muchos los kilómetros que hago a lo largo del año por las mismas zonas por las que corrimos el pasado domingo, por lo que ya sabía que era un recorrido durillo, bastante rompe piernas, con varias cuestas que se dejan notar en las piernas y en el ritmo, pero también con zonas en las que recuperar, y alguna que otra bajada en la que correr rápido y recuperar el tiempo perdido en las subidas.

Altimetría de la carrera
En esta carrera tuve la oportunidad de ejercer de anfitrión a varios de mis compañeros de Forrest Gump Team, que se desplazaron hasta Alcorcón para correr, y también, después de mucho tiempo pude coincidir con mi amigo David, con el que me inicié en el mundo de las carreras populares. En este caso decir que me alegró mucho poder hacer esta carrera juntos, ya que significaba que había superado los problemas de tobillo que le han tenido muy parado este año 2017. 

La idea para esta carrera la tenía muy clara, disfrutar de la última carrera del año, que además se corría en casa, y volver a compartir kilómetros con David, al que presioné un poco, diciéndole que teníamos que bajar de 50 minutos, pero sinceramente, para esta carrera, el tiempo era lo de menos.

La carrera empezaba en subida, una cuesta que va aumentando su inclinación poco a poco, tras ello un llano, y luego un poco de bajada, antes de llegar al PK1, Como en la salida nos colocamos bastante retrasados, nos encontramos bastante embotellamiento en la salida y en el primer llano, y lo pagamos llevando un ritmo inicial muy lento, sobre todo en la cuesta, por lo que ese primer kilómetro lo hicimos en 5´25”. Tras la bajada, girábamos a la izquierda, y encarábamos una larga recta, donde ya se podía correr mejor, y posteriormente girábamos a la derecha encarando una pequeña bajada, en ese kilómetro aprovechamos para poner un ritmo más rápido, haciendo este segundo kilómetro en 4´39”, para un tiempo total de 10´04”.

En el kilómetro 3 teníamos una parte de llano, y luego una larga subida que si la haces de una sola vez, como yo hago en mis entrenamientos, no te da ningún descanso, pero en la carrera hacíamos una especie de S, que sí dio algo de tregua en la subida. Aunque con tanto cambio de orografía era difícil llevar un ritmo constante, si conseguíamos llevar un buen ritmo, y ese tercer kilómetro lo hicimos en 4´49”, para un total de 14´53”.

Con mis compañeros de Forrest Gump Team
Tras la subida, una zona muy conocida para mí, ya que es donde hago los entrenamientos de series, era un kilómetro con falso llano de subida, algo de bajada, y otro tramo de subida, así que conociendo el terreno como lo conozco supe encarar ese continuo cambio de ritmo mucho mejor que el año pasado, que recuerdo que por esa zona lo pasé algo mal. Con eso, el kilómetro 4 lo hicimos en 4´44”, para pasar por el PK4 en 19´37”.

El kilómetro 5 es muy favorable, ya que casi todo es en bajada o llano, así que tocaba acelerar un poco, siempre pendiente de David, ya que no quería forzarle mucho y que volviese a recaer, pero él respondía bien al ritmo que le ponía, e incluso a veces era él quien tiraba. Ese quinto kilómetro lo hicimos en 4´33”, pasando por el ecuador de la carrera en un tiempo de 24´10”, es decir, íbamos con bastante margen para bajar de los 50´que le había propuesto a David.

Ritmo llevado en carrera
La segunda vuelta, empezaba con la subida, para empezar se notó que no había el embotellamiento de la salida, y por otro lado, que tras la bajada, las piernas llevaban buen ritmo, lo que supuso que hiciésemos el kilómetro 6 en 4´45”, es decir 40” menos que cuando fue el kilómetro 1. El tiempo total era de 28´55”.

Por el PK7 pasamos en 33´25”, haciendo ese kilómetro en 4´30”, mejorando el tiempo de la primera vuelta en 9”. Por el PK8 el tiempo era de 38´09”, el tiempo de ese kilómetro 4´44”, esto es 5” mejor que la primera vuelta. El PK9 lo pasamos en 42´55”, haciendo el kilómetro en 4´46”, en este caso haciendo 2” más que en la primera vuelta.

Quedaba el último kilómetro, el más asequible, y David me decía que se encontraba muy bien, así que decidimos apretar un poco más. Hicimos es último kilómetro en 4´22”, lo que es 11” mejor que en la primera vuelta, cruzando la meta en un tiempo de 47´17”.

Clasificación de la carrera
Buena carrera por lo tanto para acabar el año, ya que sin ir forzado en exceso, y con un volumen de entrenamientos bastante más bajo desde que hice el Maratón de Valencia, llevé un buen ritmo, con nueve kilómetros por debajo del 4´50”, y sobre todo, con buenas sensaciones, Y una muestra de la mejoría es comparar, el año pasado metido de lleno en la preparación del Maratón de Sevilla, esta carrera la hice en 50´48”, lo que supone una mejoría este año de 3´31”, lo cual no está nada mal.

miércoles, 6 de diciembre de 2017

IV Medio Maratón Cabrera Trail

El pasado domingo dejé el asfalto y volví a la montaña, dando un salto más en la distancia, pasando ya al Medio Maratón de Montaña, y también en la altimetría, ya que tenía ante mí un desnivel acumulado positivo de 2.000 metros. La verdad es que como tenía muy reciente el Maratón de Valencia, me veía con fondo y fuerte de piernas, por lo que decidí enfrentarme al trail que tiene el cartel de ser el Medio Maratón más duro de Madrid. Este trail, cumplía su cuarta edición, y además de la distancia de 21K, también había un 10K con +770 de desnivel.

La organización, para ser la cuarta edición, creo que tiene bastantes puntos que mejorar, para empezar, en la inscripción te piden la talla de camiseta, pero cuando llegas a recoger el dorsal no hay camiseta, son unos manguitos para los del 21k, y una buff para los del 10k, y lo peor es que tienen toda la pinta de ser sobrantes de otros años, ya que llevan impreso el texto Cabrera Trail, y las tres distancias que se hacían antes, 10k, 21k y 42k, cuando el 42K, ya llevan dos años sin hacerlo. Después el dorsal es solo eso, dorsal, ningún chip ni nada, el control del tiempo es totalmente manual, todos con el mismo tiempo de salida, en el tercer avituallamiento, hacen un control, basado en una persona que te toma el dorsal y apunta la hora en la que pasas, y ya en meta, una persona mira tú dorsal, y otra apunta en un portátil el tiempo. Por no haber, no hay ni crono en el arco de meta, nada de nada. Y bolsa del corredor, los manguitos y dos hojas de propaganda, ni un detalle más, de hecho no te dan ni una simple bolsa de plástico.

Listo para la salida
En esta carrera coincidía con varios compañeros de Forrest Gump Team, la mayoría ya con experiencia en la montaña, aunque ninguno de ellos se atrevió a lanzarse conmigo a la aventura, o locura, de hacer la distancia de 21k, y todos ellos optaron por hacer la distancia de 10k.

Listo ya para la salida, opté por no ponerme muy adelante, intentando no salir muy acelerado, ya que la carrera era muy larga, prefería salir más retrasado y más pausado, e ir cogiendo algo más de ritmo con el paso de los kilómetros, o eso pensaba yo. El recorrido tenía cinco subidas muy importantes, dos de ellas por encima de los 1.500 metros de altitud (1.547 metros y 1.526 metros), otras dos por encima de 1.400 metros (1.422 metros y 1.421 metros), y la primera de las subidas era a 1.340 metros. Antes del PK5 ya habríamos hecho las dos primeras subidas, la tercera se hacía entre el PK7,5 y el PK10, y en los últimos 7,5 kilómetros se hacían las dos restantes.

Desde el primer metro, y aún por asfalto se puede decir que ya íbamos subiendo, y más aún, cuando giramos a izquierda y empezamos a encarar la subida por camino de tierra. Esta primera subida se hace en gran parte por sendero, y se puede llevar un ritmo más o menos cómodo, siendo la parte final la más dura. El problema de este primer pico no es tanto la subida como la bajada, entre rocas y arbustos y casi en vertical, no quedaba otra opción que bajar el culo al suelo, e ir con mucho cuidado, porque en cualquier descuido podías irte para abajo. El último tramo de la bajada ya se puede hacer corriendo, y disfrutar un poco, pero claro con lo que no contábamos el grupo en el que yo iba, era con que la chica que debía de estar en un cruce se ausentase de su sitio, y entre eso, y que no había buena señalización, nos fuimos por el camino que no era, recorriendo un buen trecho, hasta que desde atrás nos gritaron que por ahí no era.

Con mis compañeros de Forrest Gump Team

Tras volver al camino, tuvimos un terreno de pista en el que se podía correr, y llegamos al primer avituallamiento. A este respecto indicar que igual que he criticado la “bolsa del corredor”, los avituallamientos estaban muy bien preparados, agua, bebida isotónica, fruta, galletas, ampollas de glucosa y gominolas, en todos y cada uno de los cuatro avituallamientos, más el de meta.

Pasado el avituallamiento empezamos con la segunda subida, y bueno, la verdad es que yo no esperaba encontrarme lo que me encontré. Vale que es montaña, vale que hay rocas, arboles, que es subida, vale que es naturaleza y pueda haber subidas duras en las que hasta andar cueste, pero encontrarte ante una subida, en la que no hay ni rastro de sendero, y en la que tienes que ir trepando por las rocas, para eso yo no estaba preparado. Cuando tu carrera ya no depende solo de tus piernas, sino que también debes de tirar de brazos, y tienes que escalar, creo que en ese punto eso deja ya de ser un trail, para ser otro tipo de deporte, mucho más cercano a la escalada. Prácticamente toda esa subida la tuvimos que hacer así, trepando, menos mal que por el frío llevaba guantes, porque si no, me habría dejado las manos. Una vez hicimos cima, respiré de tranquilidad, y por un momento me dediqué a ver las maravillosas vistas que había, en ese punto había restos de nieve y el paisaje era muy bonito, además de helador.

La bajada de esta cima, era en parte por pista, que tenía el inconveniente de tener muchas piedras sueltas, y otra parte por zonas de rocas, con el inconveniente que había zonas con hielo, y había que tener cuidado de no caer. El problema de las piedras sueltas es que mi tobillo izquierdo se resiente mucho, han sido muchos los esguinces que he tenido jugando al fútbol, y ese terreno no me viene nada bien, ya que en cuanto la superficie no es estable y se me dobla el tobillo, sufro muchos pinchazos en él, y durante varios metros arrastro un incómodo dolor.

Altimetría del Cabrera Trail 21K
La tercera subida, era la de más altura y para mí la más bonita, dura, pero casi toda por sendero, incluso en algunos tramos te podías permitir el ir corriendo un poco, solo al final de la subida, ya con nieve, se perdía el sendero y era algo más difícil la subida, pero en ningún momento había que trepar. Lo malo de esta cima, la bajada, de nuevo un tramo en vertical, en el que volvíamos a tener que bajar el culo al suelo, y de nuevo mal señalizado, por lo que otros dos corredores y yo nos perdimos, y acabamos en una zona de cardos borriqueros.

Otro punto malo que yo vi de la organización, fue la señalización, lo normal es que desde una baliza veas la otra, pero en este caso había muchos tramos que no era así, o te encontrabas con balizas a la altura de las rodillas, con lo cual era difícil verlas, había tramos que parecía más un ejercicio de orientación que un trail.

La cuarta subida volvía a ser complicada, de nuevo volvía a tocar trepar, una vez más volvía a sentir que lo que estaba haciendo se parecía poco a un trail, de nuevo sentía que me había confundido al escoger esa carrera. La bajada era un poco mezcla de todo, el problema a esas alturas es que había perdido todo el interés por la carrera, y ni en tramos en los que se podía correr, me apetecía hacerlo.


Cima del tercer puerto a 1.547 metros
Antes de la última subida, avituallamiento, llevaba ya 4 horas 40 minutos, la meta la cerraban a las 6 horas, y la chica me dice que voy justo de tiempo, le pregunto qué cuanto queda y me dice que 4 kilómetros, pero que la última subida es muy dura, muy empinada, pero que no me puede decir más, porque es nueva en el recorrido y no la conoce.

Esa quinta subida tardé en hacerla 40 minutos, posiblemente la más dura de todas, trepando desde el primer metro, por zonas complicadísimas, y para complicarlo más, me caí, escalando una roca, al apoyar el pie izquierdo me fallaron las fuerzas y me caí hacia el lado izquierdo, golpeándome la parte exterior del muslo contra una roca. En ese momento si hubiese podido me habría retirado, pero ya quedaba poco para hacer cima, y solo quedaba la bajada. Tras hacer cima, me quedaban 40 minutos antes del cierre de meta, pero no sabía la distancia, aun así, ya ni quería, ni casi podía correr, así que hice lo que quedaba andando, menos los metros finales, que por orgullo si los hice corriendo. La meta la crucé en un tiempo de 5 h 53´53”, a una media de 16:51 min/km, y siendo el antepenúltimo corredor. Decir que de los 193 corredores que empezamos el trail, lo acabamos 172.


El texto de la medalla lo resume todo
Para acabar, decir que el cartel de ser el Medio Maratón más duro de Madrid, puede quedar muy bien como publicidad, pero sinceramente buscar ese cartel a costa de la seguridad de los corredores me parece una imprudencia. Tener que hacer tres de las cinco subidas (sobre todo la segunda y la quinta), literalmente trepando, no lo veo yo muy lógico, y menos aún que cambien el recorrido y la última subida la pongan aún más dura que en ediciones anteriores, cuando a ese punto ya vas justo de fuerzas. Tampoco veo lógico hacer bajadas verticales, donde tienes que ir con el culo pegado al suelo, porque es imposible bajar de otra forma, salvo que seas un loco, y literalmente, te tires cabeza abajo. Desde luego no soy un experto en trail, pero sinceramente lo que yo hice el pasado domingo se parece más a escalada que a un trail, y a mi modo de verlo, es mejor hacer un recorrido menos duro, y que al año siguiente la gente repita, que tener el cartel del Medio Maratón más duro de Madrid, y que la gente al año siguiente no repita. A este respecto indicar que he mirado los diez primeros clasificados de la edición del 2016, y solo uno repitió este año, lo cual es sintomático.

En mi caso lo tengo claro, voy a huir de este tipo de trail, donde se ponga tan al límite a los corredores, y optaré por trail con menos desnivel, menos técnicos, y sobre todo menos arriesgados, en los que pueda disfrutar más de la montaña, y no terminar aborreciéndola,