jueves, 4 de mayo de 2017

Conclusiones tras mi cuarto Maratón

Cuando me propuse el reto de hacer dos Maratones en dos meses ya intuía que iba a ser algo bastante duro, tanto física como mentalmente, hoy, ya no solo es una intuición, sino que es algo que puedo afirmar a ciencia cierta, hacer dos Maratones con una diferencia de dos meses es bastante duro.

El plan de entrenamientos para hacer los dos Maratones se ha alargado hasta las 23 semanas, con una de descanso entre ambos Maratones, en las que he hecho un total de 957,51 kilómetros, es decir, en 23 semanas he hecho lo que hasta hace muy poco hacía más o menos en un año, eso evidentemente supone un alto desgaste físico. Y mentalmente, pues lo mismo, son 23 semanas en las que tu objetivo es hacer los dos Maratones, son muchas sesiones, con mucho desgaste mental, con la cifra de los 42.195 metros metida constantemente en la cabeza, y pensando en no desfallecer, en cumplir con los entrenamientos, y teniendo que tirar de fortaleza mental para cumplir con algunos de ellos.

Imagen Palabra de Runner
Al haber conseguido en Sevilla el objetivo de bajar de las cuatro horas, el Maratón de Madrid me lo planteé con la idea de disfrutar, sin ninguna presión de tiempo, pero siendo consciente de que se trataba de un Maratón. Para las ocho semanas que tenía entre el Maratón de Sevilla y el de Madrid, planteé un plan en el que primaban las sesiones de rodaje y cuestas sobre las series, de esta forma buscaba tener fondo y piernas fuertes para las cuestas de Madrid, que tener chispa, aunque creo que al final no conseguí mi propósito, o sí, y puede que el error lo cometiese al plantear la carrera el día del Maratón.

Creo que uno de los mayores errores fue ir al Maratón sin ningún plan, es decir, en los tres Maratones anteriores, incluso en el primero, me había marcado unos objetivos de tiempo en los pasos por los distintos puntos kilométricos, o me había planteado carreras dentro del Maratón, en esta ocasión no lo hice así, siempre me lo planteé como un todo, y sin marcarme tiempos de paso, ni ritmo, ni nada de nada, es decir, fui un poco a ver lo que pasaba, y lo que pasó es que corrí a lo loco, dejándome llevar.

Ritmo durante el Maratón
¿Cuál fue el mayor error?, sin duda ir de valiente en lugar de inteligente, y es que al saludar en carrera a un corredor que conocía, me dijo que su amigo y él iban a ver si podían bajar de 4 horas, lo más inteligente habría sido desearles buena suerte y seguir a mi ritmo, ya que yo no había preparado el Maratón para bajar de 4 horas, pero en lugar de eso, pequé de valiente y me uní a ellos, poniendo un ritmo excesivamente alto, que nos llevó a hacer entre el PK8 y el PK26, once kilómetros por debajo de 5:30 min/km, un ritmo, que evidentemente yo no había entrenado. Poco antes del PK25 decidí cambiar de táctica e ir a un ritmo más adecuado, pero creo que a esas alturas había gastado más energías de las deseadas, además de que en ese momento pequé de precavido, y bajé demasiado el ritmo.

La última semana debo decir que tampoco la encaré como en otras ocasiones, por un lado me encontré con bastante acumulación de trabajo, con bastante estrés y durmiendo bastante mal, lo que me supuso llegar aún más cansado mentalmente. Por otro lado tenía falta de tensión, al no meterme tanta presión, encaré la última semana excesivamente relajado, e incluso alimentos, ricos en magnesio y carbohidratos, que he tomado siempre en la última semana del Maratón, en esta ocasión no los tomé.



Aparte del error que cometí por ir de valiente, del mayor cansancio mental, y de la indisciplina a la hora de encarar la alimentación de la última semana, hubo otra serie de circunstancias que afectaron mucho mi rendimiento final, como fue el caso del calor y la hidratación. Hasta ahora en los tres Maratones anteriores la temperatura fue bastante fresca, y eso a la hora de correr se nota mucho, a mí personalmente, correr con calor se me hace bastante insoportable. Además de eso está el tema de la hidratación, ya que sudas más y el cuerpo tiene más necesidad de recuperar líquidos, por lo que bebes más y eso me llevó a que en el PK33 tuviese que parar, ese pequeño parón que tuve que hacer me vino muy mal a las piernas, ya que los músculos se me tensaron, y fue como si en vez de piernas tuviese bloques de cemento. Otra consecuencia de ese parón fue el pinchazo en el isquiotibial izquierdo, ya os comenté que tras los días de Semana Santa en los que pasé mucho tiempo de pie, tenía un leve pinchazo en el isquio, que durante la semana desapareció, pero que volvió justo tras hacer ese parón en carrera, e hizo que los kilómetros finales, sobre todo entre el PK39 y el PK41 donde tuve que ponerme a andar, fuese bastante molesto correr.

De los cuatro objetivos que tenía en mente a la hora de encarar el Maratón, el primero, cruzar la meta en El Retiro, lo conseguí, a pesar de los errores y de las circunstancias que se pusieron un poco en contra, conseguí acabar mi cuarto Maratón, y además saborear los cientos de metros finales que haces por El Retiro. El segundo, sufrir poco y seguir sin conocer el muro, pues creo que junto con el de San Francisco es el que más he sufrido, allí por el estómago revuelto y aquí por el pinchazo en el isquio, sufrí más de lo deseado, y respecto al muro, si no lo he conocido, creo que en esta ocasión el error a la hora de elegir entre ser valiente o inteligente, hizo que estuviese muy, muy cerca de conocerlo. El tercero, disfrutar mucho del recorrido, de la gente animando, del 40 aniversario de la carrera, sí lo hice, sobre todo por las zonas más emblemáticas de la ciudad y por donde más gente se acumulaba animando a los corredores anónimos. Y respecto al cuarto objetivo, que era no irme por encima de las 4h 11´53”, pues no lo conseguí por 47”, es decir, más o menos, el tiempo que perdí por pararme a vaciar la vejiga.


Imagen Marathon Foto
Experiencias como la vivida en este Maratón, son buenas para tenerlas en cuenta en el futuro, tengo muy claro que si no quiero sufrir en exceso haciendo un Maratón, debo encararlo con un plan de carrera y aferrarme a él, en lugar de ir sin plan y correr a lo loco. También he aprendido que puedo encararlo sin presión, pero no sin tensión, y si hay dinámicas que funcionan hay que mantenerlas, porque en un Maratón hay circunstancias que no dependen de nosotros, y ya por sí solas nos pueden complicar la carrera, como para que nosotros añadamos más.

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