miércoles, 26 de octubre de 2016

Lesiones: La luxación de hombro

Hoy voy a hablaros de una lesión que por desgracia estoy sufriendo en primera persona. Sin duda, no es una de las lesiones típicas de los corredores, pero eso no quiere decir que no nos pueda afectar, y es que nadie está a salvo de una caída, que es una de las causas más comunes en la luxación de hombro.



La articulación principal del hombro lo forman la cabeza del húmero y la escápula, la primera se introduce en la segunda a través de la cavidad glenoidea. Cuando la cabeza del húmero se sale de esta cavidad, es cuando se produce la luxación de hombro. El hombro es una de las articulaciones con mayor movilidad y una gran variedad de movimientos, y es por ello que es una de las articulaciones con mayor facilidad para sufrir luxaciones.



Las luxaciones de hombro se pueden producir de tres formas distintas, aunque solo una de ellas es la más habitual:

- Se puede producir por desgaste, es la forma menos habitual, y se produciría por la realización repetitiva de un movimiento, lo que produciría el desgaste de la cavidad glenoidea.
- Por mecanismo directo, también es poco habitual, se produce por golpe directo sobre la articulación, de manera que la cabeza del húmero se sale de la cavidad glenoidea. Suele pasar en accidentes de tráfico, en colisiones de jugadores o golpes directos contra el suelo.
- Por mecanismo indirecto, sin duda la más habitual. La cabeza del húmero se sale de la cavidad glenoidea tras una caída fuerte, en la que con el brazo estirado y separado del cuerpo, frenamos colocando las manos en el suelo. Básicamente, así se produjo mi lesión, con el añadido de que además mi brazo se encajó entre el suelo del  puente y la parte baja de la barandilla.

Al producirse la luxación de hombro, la articulación se deforma (en mi caso se me formó un bulto en la parte posterior del hombro), se produce un gran dolor que puede llevar incluso a la pérdida de conocimiento (yo no llegué a tanto, pero sí que era incapaz de dejar de gritar del dolor), y resulta imposible mover el brazo (yo no pude mover el brazo, por más que quería, hasta que me volvieron a colocar el hombro).

La luxación de hombro puede no venir sola, al tratarse de huesos que se desplazan de su posición habitual, se puede dar el caso de que se produzcan fracturas en el cuello del húmero o en la escápula. También puede afectar al nervio circunflejo, provocando perdida de la sensibilidad y de la movilidad del hombro. Y aunque no es muy habitual, se pueden producir lesiones vasculares, con vasos sanguíneos afectados. Por ello, es necesario realizar una radiografía de la zona afectada, así como otro tipo de exploraciones complementarias. 

Una vez reconocida la luxación, es importante colocar a la persona de tal manera que el hombro no soporte cargas ni esfuerzos, así se mitigará en gran medida el dolor (en mi caso me colocaron boca arriba), y lo más pronto posible, se debe reducir la luxación, es decir, encajar la cabeza del húmero en la cavidad glenoidea. Es importante dos cosas, la primera, que transcurra poco tiempo ya que cuanto más tiempo pase, más riesgo hay de que aparezcan contracturas musculares y más dolorosa será la reducción, y la segunda que sea realizado por personal médico con experiencia (yo tuve mucha suerte de que pasase una traumatóloga que me encajó el hombro, sin haber pasado ni cinco minutos desde la caída).

Después de la reducción habría que hacer una radiografía para garantizar que el hombro se ha colocado correctamente, y proceder a la inmovilización completa del brazo con un cabestrillo (a mi me han indicado dos semanas, aunque he llegado a leer artículos en los que se habla de tres y cuatro semanas). Durante la inmovilización es posible que la musculatura de la zona cervical y dorsal se cargue, por lo es recomendable realizar masajes para relajar estás zonas musculares.

La recuperación es muy importante en la luxación de hombro, para que se cure como es debido y, sobre todo, para reducir el riesgo de que se vuelva a producir, por lo que es primordial respetar los tiempos. Primero, se debe cumplir el plazo de inmovilización, posteriormente realizar la rehabilitación para recuperar todo el movimiento de la articulación y fortalecer el manguito rotador y los músculos de la escápula, para ello realizaremos en una primera fase movimientos suaves y progresivos, que empiecen a potenciar la musculatura del brazo, y por último, en la segunda fase de la rehabilitación realizaremos ejercicios más intensos para terminar de potenciar la musculatura y favorecer la estabilidad de la articulación. El tiempo estimado para que el hombro esté totalmente recuperado es de 45 días, así que yo que llevo 10 días y solo estoy en la fase de inmovilización, aún tengo mucho camino que recorrer.

Una vez superada la rehabilitación y recuperada la completa movilidad de la articulación, es importante hacer un trabajo preventivo, para ello será beneficioso realizar ejercicios de propiocepción para el hombro, y también será recomendable reforzar los músculos de la zona mediante flexiones y ejercicios con bandas elásticas.

El riesgo de recaída tras una luxación de hombro es menor con el paso del tiempo, ya que los tejidos regenerados se van haciendo más fuertes, y también es menor entre los mayores de 40 años, siendo superior entre los menores de 22 años.

En el caso de que la luxación de hombro se produzca con asiduidad, significará que se ha desarrollado un hombro inestable, y será necesario realizar una operación para volver a estabilizar la articulación.

Y para terminar, el mismo consejo de siempre ante una lesión, lo más importante es acudir a un especialista.

2 comentarios:

  1. A nivel técnico has definido muy bien la patología, sus complicaciones, diagnóstico, etc. Enhorabuena por la recopilación de información y gracias por una entrada tan útil. Un saludo.

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    1. Muchas gracias por tu comentario!!, siempre intento documentarme bien para las entradas, y en este caso que además estoy sufriendo la lesión, con más motivo.

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